sábado, 14 de junio de 2014

EL MISTERIO DE DIOS

   Jesús es quien esclarece el auténtico rostro de Dios, su auténtico nombre. Y no recurrió a un lenguaje difícil, para técnicos, sino accesible a todos: Dios con nombres familiares: Padre, Hijo y Espíritu de Amor. Dios es familia, diálogo, comunión. Jesús no tuvo interés en hacer una revelación teórica de Dios, esencialista, sino concreta. Por eso Dios para nosotros más que un misterio, aunque no podemos por menos de reconocer un porcentaje de misterio, es un modelo de vida.
   Porque Dios es Familia, quiere que "todos sean uno, como Tú y Yo somos uno"; porque es Diálogo, quiere veracidad en nuestras relaciones: "vuestro sí sea sí..."; porque es Salvador, quiere que nadie se coloque de espaldas a las urgencias del hermano: "Tuve hambre..."; porque “es Amor”, quiere que nos amemos...
   Esto es creer en Dios, vivir a Dios. "Si vivimos, vivimos para Dios"... Ser creyente es una cuestión práctica y de prácticas. Dejar que Dios sea Dios en la vida. Dejar que Dios sea realmente lo Absoluto, el Primero y Principal. Lo Mejor. Solo Dios. Pero no solos con Dios, por que Dios no aísla. Quien abre su corazón a Dios de par en par experimenta inmediatamente que ese corazón se convierte en "casa de acogida".
Domingo Montero, capuchino


martes, 10 de junio de 2014

NO FUE UN VIAJE CUALQUIERA

   Movía la cabeza para intentar encuadrar una vista suficiente entre el compañero de viaje y la ventanilla. Quería disfrutar, un poco, del paisaje de aquel trayecto en tren. La elección, por comodidad, del asiento del pasillo me impedía contemplar, en primera fila y a pantalla completa, de esa naturaleza castellana que atravesaba. Pero a pesar de las dificultades, los trigales verdes alternados con los yermos, salpicados de matojos y encinas, me absorbían y me mandaban mensajes desordenados pero mágicos. Esas formas caprichosas, esa vida precaria en unos casos y en otros exultante, esa armonía, esa especial sencillez, ese volumen que sólo la naturaleza es capaz de expresar. Esa sorpresa continua que habla de una presencia; ese orden, esa lógica que encierra misteriosamente toda criatura natural; esa belleza espontánea e inexplicable que nos lleva a algo más…
   Y en medio de ese anonadamiento resuena una frase: “Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti” (Jn 17, 3). Y entiendo que la vida auténtica y plena que andamos buscando, tiene que ver con ser capaces de intuir esa presencia, esa sorpresa, esa chispa que encierra la vida en cualquiera de sus momentos. Presencia, sorpresa, chispa que nos es más difícil descubrir en medio del ajetreo utilitarista, de la urbe y de las cosas. Pero que se percibe de forma sencilla en la naturaleza por simple que sea, en las personas cuando te encuentras con ellas, en la entrega por otros llena de sentido o en cualquier momento vivido plenamente.
   Pero más aún, decía la frase “que te conozcan a ti”. Es decir, bullendo en esa vida infinita no hay una simple energía, un ser impersonal casi como otro elemento más del engranaje natural. Hay un “tú” personal, alguien que se comunica conmigo y con el que me puedo comunicar. O sea, que Dios está ahí… ¡Qué maravilla! ¡Qué bestialidad! ¡Qué alucinante! ¡Qué suerte!...
Javier Morala, capuchino


viernes, 6 de junio de 2014

EL HIJO DEL HERRERO

   Un joven fue a solicitar un puesto importante en una empresa grande. Pasó la entrevista inicial e iba a conocer al director para la entrevista final. El director vio su CV, era excelente. Y le preguntó: "
-¿Recibió alguna beca en la escuela?" el joven respondió "no".
-"¿Fue tu padre quien pagó tus estudios? "
-" Si."-respondió.
-"¿Dónde trabaja tu padre? "
-"Mi padre hace trabajos de herreria."
   El director pidió al joven que le mostrara sus manos .
   El joven mostró un par de manos suaves y perfectas.
-"¿Alguna vez has ayudado a tu padre en su trabajo? "
-"Nunca, mis padres siempre quisieron que estudiara y leyera más libros. Además, él puede hacer esas tareas mejor que yo.
   El director dijo:
-"Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu padre, y luego ven a verme mañana por la mañana."

   El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta.
   Cuando regresó a su casa le pidió a su padre que le permitiera lavar sus manos.
   Su padre se sintió extraño, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo. El joven lavó las manos poco a poco. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su padre estaban arrugadas y tenían tantas cicatrices. Algunos hematomas eran tan dolorosos que su piel se estremeció cuando él la tocó.
   Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par de manos que trabajaban todos los días para poder pagar su estudio. Los moretones en las manos eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y su futuro.
   Después de limpiar las manos de su padre, el joven se puso en silencio a ordenar y limpiar el taller. Esa noche, padre e hijo hablaron durante un largo tiempo.

   A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.
   El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó: -"¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer en tu casa?"
   El joven respondió: -"lavé las manos de mi padre y también terminé de asear y acomodar su taller"
-"Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mis padres, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi padre ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.

   El director dijo: "Esto es lo que yo busco en mi gente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los demás, una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la vida". "Estás contratado".

lunes, 2 de junio de 2014

LA ASCENSION DEL SEÑOR

   La Ascensión de Jesús es el primer paso de nuestra ascensión, y un paso seguro, porque lo ha dado El. Ya tenemos un pie en el cielo. Pero ese primer paso de Jesús hay que seguirlo con nuestros propios pasos, porque se trata de seguirle en esa ascensión personal.
   La obra de Jesús: su vida para los demás, su amor preferencial por los menos favorecidos, su vocación por la verdad..., su ser y su hacer, han sido rubricados por el Padre. Y, cumplida su misión, retorna al Padre, su punto de partida. Per no es un adiós definitivo, sino un hasta luego, porque “voy a prepararos un lugar, para que donde esté Yo estéis también vosotros”.
   La Ascensión no significa la ausencia de Jesús, sino un nuevo modo de presencia entre nosotros. Él continúa presente donde dos o más estén reunidos en su nombre, en la fracción del pan eucarístico, en el detalle del vaso de agua fresca dado en su nombre, en la urgencia de cada hombre.
   La fiesta de hoy nos invita a levantar nuestros ojos, a mirar al cielo para recuperar para nuestra vida la dosis de trascendencia y esperanza necesaria para no sucumbir a la tentación de un horizontalismo materialista; para dotar a la existencia de motivos válidos y permanentes más allá de la provisoriedad y el oportunismo utilitarista.
Domingo Montero, capuchino


domingo, 1 de junio de 2014

URBASA 2014 "VIVE"



Aqui teneis la información de las actividades de verano organizadas para los jóvenes de nuestros grupos. Descárgatela  AQUÍ