martes, 6 de diciembre de 2016

LA VIDA SE ABRE CAMINO

Cuántas veces la queja ha aparecido en mi mente -no en mis labios que soy muy discreto- cuando semana tras semana la casa se llena de polvo y me sugiere que pase la mopa. Cuántas veces he pensado, dando un paseo, que es una lata que haya que recoger otoño tras otoño las hojas de las calles, con lo cómodo que sería que las aceras estuvieran inmutables eternamente. Igualmente cómodo y económico sería si no hubiera que hacer mantenimiento de carreteras que se van llenando de vegetación, ni quitar las hierbas que van estropeando las baldosas de tantos paseos urbanos.

En alguna travesía por montañas llenas de rocas, he caído en la cuenta que el polvo que se va acumulando entre la infinitas piedras graníticas acaba siendo el lecho de una hermosa flor. Este hecho me revela que todas estas molestias cotidianas que he descrito antes, encierran en el fondo un dinamismo que mueve el mundo: es la vida que se abre camino. Es lo que aparece en esta escena de Parque Jurásico tan llena de sentido. Es algo así como que todo lo que existe encierra en su fondo más íntimo una búsqueda de mayor vida; es como que cada criatura animada e inanimada estuviera lanzada por Dios a una existencia cada vez más intensa; como que nuestro destino es vivir: "Yo he venido para que tengáis vida y vida en abundancia" (Jn 10, 10). Si estamos rodeados de vida que busca vivir, si en la entraña de nuestra existencia la luz de la vida quiere llenarlo todo, sólo nos queda dejarnos empapar por ella. Abrirnos a esta dinámica imparable, no ponerle trabas ni frenos. Dejarnos sostener confiadamente por la vida que se abre camino.
Javi Morala

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