martes, 5 de diciembre de 2017

ITINERARIO DE ADVIENTO

Ya sabemos que es fácil vivir la Navidad, al son de lo comercial, en maneras muy superficiales. Podríamos, ya desde ahora, anhelar este año vivir la espiritualidad de la encarnación desde el extraño y hermoso valor de lo secreto. Quizá apuntando a las raíces de la encarnación vayamos descubriendo un mundo de muchas más posibilidades. Puede que esto nos sea útil para este año.

Proponemos un itinerario espiritual para las tres semanas de Adviento de este año bajo la perspectiva de una mirada que profundiza, que ahonda, que se sitúa en lo secreto:

1) Semana del 3 al 10: Mirar adentro: Intensificar la oración, la contemplación, la lectura sosegada, el silencio, escuchar música, pasear en el campo o en el jardín. Encontrarse con el propio interior de manera jugosa, cayendo en la cuenta de que hay vida dentro y de que puede ser una vida gozosa. Llevar a la sala de estar, al comedor, algo recogido en el campo que hable de la hermosura de lo creado y de la vida que late dentro de cualquier realidad.

2) Semana del 10 al 17: Mirar al lado: Intensificar la mirada en la dirección de aquellos con los que convivo, familia, comunidad, parroquia, barrio, país incluso. Tratar de ver al otro en eso que hay más allá de las apariencias. Llevar a la oración la realidad del otro. Poner nombres a las personas por las que rezo. Dejarlos a los pies del altar.

3) Semana del 17 al 24: Mirar adelante: Hacia la Navidad como lugar de verdad, de secreto gozoso, de posibilidad de una vivencia jugosa y entrañable del misterio de la encarnación. Regalarse algún texto poético hermoso creyendo que la verdad poética puede ayudarnos a sensibilizarnos por dentro. No creer que es mero adorno, sino cauce de espiritualidad.

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